domingo, 22 de marzo de 2009

Dos de Lanseros

Os dejo aquí dos hermosos poemas de Raquel Lanseros, con la que coincidí hace poco en el festival versatil.es de Valladolid. Fue un lujo estar allí con Raquel. Y un saludo especial para Cristina, mi presentadora.

KEEP ALIVE

Solíamos recitar
movidos de igual modo
por la desesperanza y la esperanza
nuestra larga guirnalda de deseos.
See you son. Keep alive.
A presto, principessa.
Me quedo en tu recuerdo.

Pensábamos así
conjurar las flaquezas del destino.
No es una empresa fácil prepararse
para la dura gesta
contra el paso del tiempo.
Mantente vivo, Ulises,
no importa lo que ocurra.
Cuando soplen los vientos
feroces en tu nuca
y abofeteen las velas,
cuando Circe te mire
y tus sueños más blancos
se conviertan en cerdos.
Quiero que sólo pienses en mantenerte vivo.
Más allá del olvido y más allá
de la vida también.

Hasta la próxima conjunción de astros.
Hasta que seamos Ítaca.


BEATRIZ ORIETA
Maestra nacional
(1919-1945)

Los niños corren y saltan a la comba.
Beatriz Orieta pasea junto a Dante
sorteando los pupitres
[en medio del camino de la vida...]
Tiene litros de frío mojándole la espalda.
Apenas pueden nada contra él
los míseros tizones del brasero oxidado.

Entran al aula los gritos infantiles,
huelen a tos y a hambre.
Algunas veces,
Beatriz Orieta casi no contiene
las ganas de llorar
y mira las caritas sucias afanándose
en recordar las tildes de las palabras llanas.

Prosigue Dante todo el día musitando
en el oído de Beatriz Orieta
[...amor que mueve el sol y las estrellas]


Ella siente de veras
que otro mundo la mira
al lado de este mundo gris y parco.

Contra el lejano sol
del lejano crepúsculo
dos amantes se miran a los ojos.
Beatriz Orieta está
apoyada en su hombro.
Los álamos susurran las palabras de Dante.
Los amantes son túneles de luz
a través de la niebla.
Los besos, amapolas
de un cuadro de Van Gogh.

Pasa el invierno lento como pasa un poema.


Pasan el frío andrajoso, la fiebre y el esputo
y toman posesión del blanco cuerpo
igual que las hormigas invadiendo
esas migas de pan abandonadas.

Sesenta años después, entre las ruinas verdes
leo un descanse en paz envejecido
sobre la tumba de Beatriz Orieta.

El silencio es de mármol.
El silencio
es la respuesta de todas las preguntas.

Unos metros más lejos, hace sólo dos años
yace también el hombre
que, apoyado en el hombro de Beatriz Orieta,
dibujó un corazón sobre un tiempo de hiel.

¿Qué más puedo decir?
Que la vida separa a los amantes
ya lo dijo Prévert.
Pero a veces la muerte
vuelve a acercar los labios
de los que un día se amaron.

4 comentarios:

Héctor Castilla dijo...

Compañero, acabas de bajar muchos enteros en mi escala... en fin... ¿has visto el blog de Hache?
Besos de los dos.
H.

Hautor dijo...

Bueno, creo que era Heráclito el que decía que el camino hacia abajo era el mismo que el camino hacia arriba. Uno no sabe cuándo está más cerca de la cumbre (pero... ¿hay cumbre?).

Os vi y vime en el blog.

Besos.

Raquel Lanseros dijo...

Gracias, Javier, disfrutar de tu poesía y de tu compañía sí que fue todo un lujo.
Por cierto, maravillosa la cita de Heráclito.
Millones de besos
(y de paso también para Hache -Héctor y Cristina-)

Anónimo dijo...

Un saludo de vuelta, javier,fue un placer conocerte, aunque fuera tan brevemente, espero que haya otras ocasiones. Tengo que enviarte un correo un día de estos, ahora me pillas con las manos vacías.
Un abrazo a ti también, Raquel, qué bueno volver a verte, y que no sea la última, que nos gusta tenerte por aquí.
Besos