viernes, 25 de marzo de 2011

Richard Yates


He leído la novela de Tao Lin publicada por Alpha Decay. Puedo decir varias cosas acerca de ella. Que está bien escrita. Que es extraña. Y, sobre todo, que da mucho miedo. El miedo que sentí al leer El extranjero o American Psycho. Un miedo que es el peor de los miedos, porque es aquel que se mete en el cuerpo sin que uno se dé cuenta. Como el frío de una montaña o el gas en una mina, algo que puede hacernos perder los dedos de una mano o saltar por los aires. Pienso en Haneke. En Haneke lo importante no son las elipsis temporales. En Haneke lo que importa es la elipsis de los sentimientos. En esta novela ocurre todo lo contrario. Es un cóctel de nihilismo y sensiblería de parvulario. Hay mucha invalidez emocional en esta novela. Es como ver caminar a alguien sin brazos ni piernas. Revela que la adolescencia, como el abril de Eliot, es la edad más cruel. Que todos somos adolescentes (algo que ya intuíamos). Que la pureza es un campo de concentración. Es una novela cruel y hermosa. Te hace odiar al autor. Te dan ganas de compadecerlo. Te hace seguir creyendo en la literatura.

5 comentarios:

José Almeida dijo...

"En Haneke lo importante no son las elipsis temporales. En Haneke lo que importa es la elipsis de los sentimientos"

Espléndido. Felicidades, Javi.

carlos maiques dijo...

Estuve a punto de dejarla y me costó mucho llegar a la última página. Me ha -"gustado" no es la palabra, ciertamente- parecido inquietante con sordina, menos tremendista que otros artefactos audiovisuales como los de Larry Clark o Harmony Korine, pero apuntando a lugares parecidos. Sobre las elipsis sentimentales, hasta que se convierten en "método", fracturan la percepción, ¿y después?¿Te ha pasado con Haneke?

Es innegable que está bien escrita, de otra manera uno no podría "odiar-y-compadecer" Un saludo y hasta otra.

hautor dijo...

A mí, Carlos, si me asusta este libro de Tao Lin es por su carácter demasiado explícito. Las emociones debordan a los personajes. No hay ningún tipo de sombra al respecto. Hay un instinto recalcitrante de aplicación de la 'inteligencia emocional' por parte del personaje masculino sobre su compañera. Me preocupa porque no hay nada más allá de las emociones. No hay política, no hay comunidad, no hay filosofía, no hay pensamiento. Es un retrato hermoso de la idiocia que se nos viene encima: la de las emociones.

Thomas Bunstead dijo...

Me gusta mucho la revista. Espero que no te importa, pero lo he puesto traducido en mi blog (con cita!). 'Invalidez emocional' seguido por la imagen de un minusvalido tiene echoes añadido en ingles, y muy adecuada al aire general.

Nada, que espero que no te importa que lo he puesto de nuevo en otro sitio. Por favor que me avisas si no te gusta, y lo retiro.

pd. no estoy de acuerdo con Hautor que en Tao Lin no hay filosofia...

PONS Idiomas dijo...

Hola, quizás os interese saber que tenemos una colección que incluye el relato 'Oh, Joseph, I’m So Tired' de Richard Yates en versión original conjuntamente con el relato 'A Small, Good Thing' de Raymond Carver.

El formato de esta colección es innovador porque permite leer directamente la obra en inglés sin necesidad de usar el diccionario al integrarse un glosario en cada página.

Tenéis más info de este relato y de la colección Read&Listen en http://bit.ly/ndSymF.