
Observen este detalle de "la primavera", de Botticelli. Las tres gracias danzando al compás, las manos unidas. Un símbolo de conjunción, correspondiente a un modelo de universo esférico (curvatura positiva), aquél en el que por un punto exterior a una recta no pasa ninguna paralela (la recta exterior siempre acaba por converger, como las gráciles manos de las carites). Compárenla ahora con ésta de mi idolatrado H. Newton:

Las bellezas ahora caminan en paralelo, cada una mirando en una dirección distinta. Estamos ante un bello ejemplo de un modelo de belleza hiperbólico (curvatura negativa), es decir, aquel en el que por un punto exterior a una recta pueden discurrir infinitas paralelas.
Renacimiento vs postmodernidad. La verdad, no sé con cual de ambas imágenes quedarme.