lunes, 2 de noviembre de 2009

Deriva digital

Ocioso como estoy se me ocurren ideas ociosas. Traducir, por ejemplo, palabras a lenguaje binario e imaginar que a ese código le hago corresponder un paseo. Del siguiente modo: un cero significa girar a la izquierda, un uno a la derecha.



Pruebo, para empezar, con la palabra 'paraguas'. Es la primera palabra que se me ocurre, a pesar de que no llueva. El código binario de la palabra paraguas es el siguiente:

01110000 01100001 01110010 01100001 01100111 01110101 01100001 01110011 00001101 00001010

Me imagino haciendo el recorrido que dictan los dígitos, fantaseando con el posible destino final de la deriva. Debería ponerme en marcha. Me entran ganas. Luego probaría con otras palabras. Cada día una distinta. Cada día un paseo. Anotaría la meta a la que conduce cada una de estas caminatas. El resto de la gente me miraría y pensaría que mis pasos se encaminan hacia alguna parte. Yo les pediría que anotasen sus giros. Un uno a la derecha, cero a la izquierda. Y que me enviasen el resultado. De todos ellos. Luego convertiríamos los dígitos en palabras. ¿Se imaginan el resultado?

10 comentarios:

Javier Moreno dijo...

Aquí está el dibujo del "paraguas".

Propongo otro juego similar: utilizar tu codificación binaria (¿por qué en tantos bits, por cierto? (todas las letras caben en cuatro)) como regla generativa de un sistema de Lindermeyer. Por ejemplo, con giros de 90 grados como los tuyos, así se ve "paraguas" en la segunda iteración.

Por experimentar, cambié el ángulo de 90 (tan recto) a uno más sutil (60). En ese caso, este es el dibujo de la palabra y este el dibujo de la palabra aplicada sobre sí misma. Tres iteraciones enloquecen casi todo.

Javier Moreno dijo...

Por cierto: esto tal vez te interese.

Luna Miguel dijo...

Pues no. No lo imagino.

Hautor dijo...

Vaya, Javier. Me dejas alucinado. Gracias por el trabajo de campo. Efectivamente, basta con 4 dígitos binarios para codificar todas las letras, pero yo he usado aquí un traductor de binario estándar, sin codificar personalmente las letras. El resultado es realmente fascinante.

Un abrazo.

Hautor dijo...

Por cierto que esos mapas donde se representa la evolución de los personajes me recuerdan a algunas gráficas similares realizadas por Vonnegut (yo tengo una camiseta con le evolución de un personaje de Kafka -eje X, el tiempo, eje Y, nivel de felicidad-).

Javier Moreno dijo...

Sí, eso que cuentas hacía parte (sorprendentemente, para mí) de la tesis de maestría en antropología de V. en UChicago. Hay un buen ensayo al respecto por ahí, no recuerdo dónde. Es muy gracioso.

Esto de XKCD es más puramente narrativo: encuentros y eventos en orden cronológico, personaje a personaje. El diagrama final, de la confusísima Primer, es sólo un chiste.

Otro regalo, ya que hablamos de representaciones ofuscadas de un texto: Novelas como jugadores de ajedrez.

Con respecto a los diagramas, cualquier programa que genere L-sistemas los hace fácilmente y es usualmente sencillo modificarlos y jugar hasta dar con algo óptimo. Yo usé uno sencillo para Mac llamado LSystem más un pequeño script para volver la sucesión de ceros y unos una regla generadora en la gramática del programa. El único problema, claro, es que el trazo del recorrido es diferente del recorrido y dos palabras pueden tener el mismo trazo. Hacer una iteración del L-sistema, sospecho, garantiza la unicidad del resultado.

Supongo que con un programa de L-sistemas más sofisticado se podría pensar en codificar versos enteros con palabras como estructuras distinguibles dentro del diagrama más grande. Otra idea más. :)

Hautor dijo...

Bueno, Javier, eso supera todas mis expectativas (y mi capacidad de trabajo en estos momentos). Si puedes seguir tú por ese camino, sería fantástico. Sólo podría aplaudir tus resultados.

Sólo digo una cosa dijo...

Hautor, me encantan sus ideas ociosas. Este juego me ha recordado aquel otro en el que mi IP y Google Earth me situaban, con lo puesto, en Groenlandia.

Fascinante la segunda interacción de “paraguas”, con sesenta sutiles grados: ¡oh, el resultado podría ser la molécula de un psicofármaco!

Saludos,

Virginia

hautor dijo...

Quién sabe si la molécula de un psicofármaco no nos está diciendo algo: 'paraguas' o 'berberecho'. Se me courre que a través de este método podíamos llegar a un nuevo naturalismo del lenguaje, al menos para las moléculas. Con su disposición nos estarían revelando su nombre. Mira que si la molécula de agua nos estuviera diciendo 'agua'...

Dillinger dijo...

Me gusta esto. Aunque he de reconocer que hay cosas que se me escapan. Sí. Fascinante. Sí. Pero hay algo que me gusta todavía más... ¿Javier Moreno hablando con Javier Moreno? ¿Los dobles mantiendo una conversación matematicoliteraria. No sé cómo podríamos codificar eso. Esa simultaneidad. Ja.

Saludos y abrazos dillingerianos.