sábado, 17 de noviembre de 2007
Satán, señor del mundo
Hoy descubro el aspecto de los cinco críticos de moda más temidos por los diseñadores (Suzy Menkes, Anna Wintour, Michael Roberts, Anna Piaggi y Carine Roitfield). Si no han visto sus fotos (sus pintas, me refiero) no pueden hacerse una idea nítida del adjetivo espeluznante. Y pensar que ellos/as son la cúspide de la gran pirámide de la moda, que por vía especular o mimética (unas marcas, las más baratas, copian a las más caras, etcétera) replica los dictámenes y gustos de estos popes de la alta costura, como si de una estructura fractal se tratara... Aunque en el fondo quizás ocurra así con la mayoría de los asuntos. El absurdo, la idiocia, la banalidad y el mal gusto en el origen de toda la cadena descendente que sujeta como último eslabón al raso contribuyente. Recordemos ese cuento de Francisco Ayala, El hechizado, donde el indio González Lobo parte a la búsqueda del rey Carlos II, El Hechizado. Al final de la peripecia, después de sobornar a una enana para que le abra la puerta de la estancia donde se aloja la cabeza del imperio, descubre a un ser ruinoso e incontinente de cuyas comisuras brota un hilo de baba. Quizás la hipótesis teológica menos falible sea la de los ofitas, convencidos de que el que trae la luz al mundo no es dios, sino una oscura divinidad que ellos denominan Satán.
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