Últimamente cobra fuerza en mi interior una sensación que poco a poco va derivando en certeza. Es aquella que entiende el acto de creación como equiparable a ese instante (de duración variable) en el que salimos del sueño y no sabemos muy bien si estamos todavía del lado de la inconsciencia o acaso caminamos sobre el terreno ya 'firme' de la realidad. Creo que la secuencia es, inicialmente, la de un momento de epilepsia (epi-lambano=tomado desde arriba), de éxtasis o pérdida de los sentidos, para pasar a ese estado de incertidumbre del que hablaba al inicio. El artista sería el que sabe mentenerse en ese estado intermedio, el que es capaz de soñar y mostrarle a los demás su sueño.
martes, 31 de marzo de 2009
domingo, 29 de marzo de 2009
Murcia non typical
Por fin una campaña institucional inteligente y que va -literalmente- más allá de los tópicos. El actor Karabatic haciéndose pasar por antropólogo cultural con la intención de desvelar el estereotipo murciano para, finalmente, reconocer su inexistencia. Me alegra que el tópico de Murcia haya acabado siendo el no tópico. Nada más cierto. Murcia plural y rizomática. Y ha tenido que venir Karabatic a descubrírnoslo.
miércoles, 25 de marzo de 2009
Lejos de 'Lejos de la tierra quemada'
No recuerdo la última vez que abandoné una sala de cine sin terminar de ver una película. Ayer me ocurrió con 'Lejos de la tierra quemada', primera película del guionista Guillermo Arriaga. No pude meterme en ningún momento en la historia. Supongo que habría asistido con mayor interés a un documental sobre las maniobras reproductivas de alguna bacteria extraterrestre. Los personajes son increíbles, la historia, de culebrón venezolano, y el guión, que se supone que debía ser lo mejor, trufado de tópicos de mayor tamaño que un cartón extra de palomitas. La cara de estupefacción de los personajes sólo era comparable a la mía, revolviéndome en mi asiento (añadido a esto, los cines Ideal rebajan su exigencia, dejando la sala sin limpiar entre sesión y sesión -me golpeé el tobillo con una lata vacía de Coca-Cola-, y poniendo unos subtítulos borrosos -que luego, es cierto, tal como transcurre la película, nadie echa de menos-). Ni un sólo momento de poesía (salvo cuando chico y chica interpretan a sus progenitores en una escena de cama), un casting que podría haber realizado Chiquito de la Calzada (toda una Kim Bassinger saliendo escopetada a acostarse con un tripudo mejicano que sólo puede ofrecerle un permanente miembro eréctil -estaría bien esa historia, si no se empeñase el bienintencionado guionista en hacernos creer que hay amor de por medio-, una Charlize Theron empeñada en mostrarnos los pechos una vez tras otra -estaría bien si no fuera porque el guionista, en una mezcla de cristianismo trasnochado y psicoanálisis, optara por hacernos creer que ello es debido a sus antecedentes traumáticos, imposibles de dejar atrás salvo a través de una redención, etc). Y esa manía del guión cerrado, que todo encaje, como en un ejercicio escolar (el arte, aunque también sea técnica, empieza precisamente donde ésta acaba, señor Arriaga), siguiendo a rajatabla aquello de que si aparece un revólver en escena, en algún momento alguien lo disparará, lo cual lleva a la paradoja de que uno ve a la muchacha protagonista quemar una especie de 'ninot mejicano' (espero que alguien escriba y me recuerde su nombre exacto) y ya sabe (qué previsibles, estos guionistas) que al final será ella la culpable de... Pero para qué seguir. Prefiero dedicar el tiempo a otra cosa. Y, sobre todo, ya me siento un poco más tranquilo.
domingo, 22 de marzo de 2009
Dos de Lanseros
Os dejo aquí dos hermosos poemas de Raquel Lanseros, con la que coincidí hace poco en el festival versatil.es de Valladolid. Fue un lujo estar allí con Raquel. Y un saludo especial para Cristina, mi presentadora.
KEEP ALIVE
Solíamos recitar
movidos de igual modo
por la desesperanza y la esperanza
nuestra larga guirnalda de deseos.
See you son. Keep alive.
A presto, principessa.
Me quedo en tu recuerdo.
Pensábamos así
conjurar las flaquezas del destino.
No es una empresa fácil prepararse
para la dura gesta
contra el paso del tiempo.
Mantente vivo, Ulises,
no importa lo que ocurra.
Cuando soplen los vientos
feroces en tu nuca
y abofeteen las velas,
cuando Circe te mire
y tus sueños más blancos
se conviertan en cerdos.
Quiero que sólo pienses en mantenerte vivo.
Más allá del olvido y más allá
de la vida también.
Hasta la próxima conjunción de astros.
Hasta que seamos Ítaca.
BEATRIZ ORIETA
Maestra nacional
(1919-1945)
Los niños corren y saltan a la comba.
Beatriz Orieta pasea junto a Dante
sorteando los pupitres
[en medio del camino de la vida...]
Tiene litros de frío mojándole la espalda.
Apenas pueden nada contra él
los míseros tizones del brasero oxidado.
Entran al aula los gritos infantiles,
huelen a tos y a hambre.
Algunas veces,
Beatriz Orieta casi no contiene
las ganas de llorar
y mira las caritas sucias afanándose
en recordar las tildes de las palabras llanas.
Prosigue Dante todo el día musitando
en el oído de Beatriz Orieta
[...amor que mueve el sol y las estrellas]
Ella siente de veras
que otro mundo la mira
al lado de este mundo gris y parco.
Contra el lejano sol
del lejano crepúsculo
dos amantes se miran a los ojos.
Beatriz Orieta está
apoyada en su hombro.
Los álamos susurran las palabras de Dante.
Los amantes son túneles de luz
a través de la niebla.
Los besos, amapolas
de un cuadro de Van Gogh.
Pasa el invierno lento como pasa un poema.
Pasan el frío andrajoso, la fiebre y el esputo
y toman posesión del blanco cuerpo
igual que las hormigas invadiendo
esas migas de pan abandonadas.
Sesenta años después, entre las ruinas verdes
leo un descanse en paz envejecido
sobre la tumba de Beatriz Orieta.
El silencio es de mármol.
El silencio
es la respuesta de todas las preguntas.
Unos metros más lejos, hace sólo dos años
yace también el hombre
que, apoyado en el hombro de Beatriz Orieta,
dibujó un corazón sobre un tiempo de hiel.
¿Qué más puedo decir?
Que la vida separa a los amantes
ya lo dijo Prévert.
Pero a veces la muerte
vuelve a acercar los labios
de los que un día se amaron.
KEEP ALIVE
Solíamos recitar
movidos de igual modo
por la desesperanza y la esperanza
nuestra larga guirnalda de deseos.
See you son. Keep alive.
A presto, principessa.
Me quedo en tu recuerdo.
Pensábamos así
conjurar las flaquezas del destino.
No es una empresa fácil prepararse
para la dura gesta
contra el paso del tiempo.
Mantente vivo, Ulises,
no importa lo que ocurra.
Cuando soplen los vientos
feroces en tu nuca
y abofeteen las velas,
cuando Circe te mire
y tus sueños más blancos
se conviertan en cerdos.
Quiero que sólo pienses en mantenerte vivo.
Más allá del olvido y más allá
de la vida también.
Hasta la próxima conjunción de astros.
Hasta que seamos Ítaca.
BEATRIZ ORIETA
Maestra nacional
(1919-1945)
Los niños corren y saltan a la comba.
Beatriz Orieta pasea junto a Dante
sorteando los pupitres
[en medio del camino de la vida...]
Tiene litros de frío mojándole la espalda.
Apenas pueden nada contra él
los míseros tizones del brasero oxidado.
Entran al aula los gritos infantiles,
huelen a tos y a hambre.
Algunas veces,
Beatriz Orieta casi no contiene
las ganas de llorar
y mira las caritas sucias afanándose
en recordar las tildes de las palabras llanas.
Prosigue Dante todo el día musitando
en el oído de Beatriz Orieta
[...amor que mueve el sol y las estrellas]
Ella siente de veras
que otro mundo la mira
al lado de este mundo gris y parco.
Contra el lejano sol
del lejano crepúsculo
dos amantes se miran a los ojos.
Beatriz Orieta está
apoyada en su hombro.
Los álamos susurran las palabras de Dante.
Los amantes son túneles de luz
a través de la niebla.
Los besos, amapolas
de un cuadro de Van Gogh.
Pasa el invierno lento como pasa un poema.
Pasan el frío andrajoso, la fiebre y el esputo
y toman posesión del blanco cuerpo
igual que las hormigas invadiendo
esas migas de pan abandonadas.
Sesenta años después, entre las ruinas verdes
leo un descanse en paz envejecido
sobre la tumba de Beatriz Orieta.
El silencio es de mármol.
El silencio
es la respuesta de todas las preguntas.
Unos metros más lejos, hace sólo dos años
yace también el hombre
que, apoyado en el hombro de Beatriz Orieta,
dibujó un corazón sobre un tiempo de hiel.
¿Qué más puedo decir?
Que la vida separa a los amantes
ya lo dijo Prévert.
Pero a veces la muerte
vuelve a acercar los labios
de los que un día se amaron.
domingo, 15 de marzo de 2009
La rosa holográfica de Cristina Morano
Cuelgo aquí el hermoso texto que la poeta Cristina Morano leyó en la presentación de 'Acabado en diamante', en Murcia.
Vicente Luis mora acaba su prólogo con la idea de que el libro es un espejo, roto, de “decenas de cortantes cuchillos mentales”, esta imagen me recordó la historia de “La rosa holográfica” de William Gibson, donde el protagonista destruye una postal holográfica, enviada por su ex novia, de una rosa blanca. En la trituradora quedan los miles de pedacitos que reproducen la rosa por completo.
Yo quisiera que esta presentación fuera un poco esos fragmentos holográficos, ir comentando algunos aspectos del “Acabado en diamante” que pueden contener el libro o reflejarlo.
1: mi gran libro griego
Hay una fuerte presencia de Grecia, desde sus filósofos, sus mitos, hasta sus imágenes más icónicas: el templo al pie de la bahía, Edipo, las ruinas de la acrópolis, el mar, Aristófanes o la Medusa. El texto acaba con una pregunta “oracular” a una ¿musa? que ha ido apareciendo/ escondiéndose en muchos de los poemas. Podría ser también este libro una postal del Egeo, con todas sus consecuencias. Uno puede imaginarse al autor, al pie de la costa de Delfos, de la mano de la sibila, comparándose con aquellos días en que la gente peregrinaba allí para comprar una respuesta jeroglífica cuyo significado tendrían que ir devanando quizás el resto de su vida –y esa sensación o reflexión dando paso a varias de las facetas de este poemario–, así mismo uno se imagina al poeta al pie de la costa de Delfos, de la mano de la sibila y ella le dice que se pongan las sandalias de una vez y se vayan al chiringuito que aquí no hay quien consiga una copa en condiciones y yo a las once tengo que ir a hacer el beautiful sleep como Troposwky dice que hace la Kidman.
2: el pixel
Como las facetas de un diamante, la imagen moderna está formada de pixels. Gracias a la información de que dispone cualquier aficionado a los ordenadores, ya no es posible mirar una fotografía impresa con inocencia. Si se amplía demasiado aparecerán los bordes cuadrangulares –los “dientes de sierra”– de los pixels. Y sin embargo, seguimos mirando absortos la pantalla. No hemos logrado desvanecer su atractivo, sino que la hemos dotado de aún más posibilidades, pronto cubrirá otros sentidos, las consolas de juegos ya permiten incorporar nuestro cuerpo a lo que sucede en el monitor y controlar la acción moviéndonos en el espacio sin necesidad de mandos. Quizás el paradigma de la caverna de Platón sea una visión del futuro, y no del pasado.
3: la tersura
Cuando Javier nos mandó el texto del “Acabado en diamante” para publicarlo en Hache nos llamó la atención lo bien escrito que estaba, y dentro de ese “bien” incluimos una extremada limpieza en la frase, una fluidez del lenguaje que se desliza entre los conceptos del libro sin enganches, sin ser forzado, sin rudezas. Hasta fonéticamente el poema desprende una tersura, un resplandor al oído. Hallazgos como “el ángulo con que escandir la sombra”, “el paralaje del carbón y el diamante”, “el zarajo de los días”, “no existe verbo que revoque la muerte”... tienen una belleza física, que llama al disfrute de los sentidos directamente, no sólo de su contenido.
(abro paréntesis) Este detalle nos llamó enseguida la atención. Si hay algún defecto en los autores que están cultivando nuevas retóricas, nuevos temas, es que tienen versos que chirrían o pasos demasiado bruscos entre estrofas, o una pobre composición o una mala transición entre temas que no ha logrado mejorar ni Elena ni Agustín. En este aspecto quiero volver a lo que apunté en la presentación del libro de Joseda en Cartagena: los autores que saben darle a la modernidad la fuidez del buen verso están aquí, y supongo que se debe a las lecturas de Eloy Sánchez Rosillo et alli. (cierro paréntesis)
4: la ternura
No sé si será cosa mía, pero he notado una diferencia entre el Javier poeta y el narrador, su prosa suele ser paródica y distante, buscar el artificio. En sus narraciones se encuentra uno más a la intemperie, mientras que en los libros de poesía –y especialmente en éste– hay una claridad no sólo en el lenguaje, como señalaba antes, sino también en el fondo. Hay un “rescate” vital a través de la belleza de lo precario, que puede ir de la blancura del templo sobre el fondo turquesa del Egeo al animal flexible que asoma en las caricias.
De pronto se observa que: “hay conchas en los alféizares de las ventanas”. Es como una creencia en que con el poema sí es posible una cierta “construcción”, en que algo perdura de ese “devanar las sombras”.
Vicente Luis mora acaba su prólogo con la idea de que el libro es un espejo, roto, de “decenas de cortantes cuchillos mentales”, esta imagen me recordó la historia de “La rosa holográfica” de William Gibson, donde el protagonista destruye una postal holográfica, enviada por su ex novia, de una rosa blanca. En la trituradora quedan los miles de pedacitos que reproducen la rosa por completo.
Yo quisiera que esta presentación fuera un poco esos fragmentos holográficos, ir comentando algunos aspectos del “Acabado en diamante” que pueden contener el libro o reflejarlo.
1: mi gran libro griego
Hay una fuerte presencia de Grecia, desde sus filósofos, sus mitos, hasta sus imágenes más icónicas: el templo al pie de la bahía, Edipo, las ruinas de la acrópolis, el mar, Aristófanes o la Medusa. El texto acaba con una pregunta “oracular” a una ¿musa? que ha ido apareciendo/ escondiéndose en muchos de los poemas. Podría ser también este libro una postal del Egeo, con todas sus consecuencias. Uno puede imaginarse al autor, al pie de la costa de Delfos, de la mano de la sibila, comparándose con aquellos días en que la gente peregrinaba allí para comprar una respuesta jeroglífica cuyo significado tendrían que ir devanando quizás el resto de su vida –y esa sensación o reflexión dando paso a varias de las facetas de este poemario–, así mismo uno se imagina al poeta al pie de la costa de Delfos, de la mano de la sibila y ella le dice que se pongan las sandalias de una vez y se vayan al chiringuito que aquí no hay quien consiga una copa en condiciones y yo a las once tengo que ir a hacer el beautiful sleep como Troposwky dice que hace la Kidman.
2: el pixel
Como las facetas de un diamante, la imagen moderna está formada de pixels. Gracias a la información de que dispone cualquier aficionado a los ordenadores, ya no es posible mirar una fotografía impresa con inocencia. Si se amplía demasiado aparecerán los bordes cuadrangulares –los “dientes de sierra”– de los pixels. Y sin embargo, seguimos mirando absortos la pantalla. No hemos logrado desvanecer su atractivo, sino que la hemos dotado de aún más posibilidades, pronto cubrirá otros sentidos, las consolas de juegos ya permiten incorporar nuestro cuerpo a lo que sucede en el monitor y controlar la acción moviéndonos en el espacio sin necesidad de mandos. Quizás el paradigma de la caverna de Platón sea una visión del futuro, y no del pasado.
3: la tersura
Cuando Javier nos mandó el texto del “Acabado en diamante” para publicarlo en Hache nos llamó la atención lo bien escrito que estaba, y dentro de ese “bien” incluimos una extremada limpieza en la frase, una fluidez del lenguaje que se desliza entre los conceptos del libro sin enganches, sin ser forzado, sin rudezas. Hasta fonéticamente el poema desprende una tersura, un resplandor al oído. Hallazgos como “el ángulo con que escandir la sombra”, “el paralaje del carbón y el diamante”, “el zarajo de los días”, “no existe verbo que revoque la muerte”... tienen una belleza física, que llama al disfrute de los sentidos directamente, no sólo de su contenido.
(abro paréntesis) Este detalle nos llamó enseguida la atención. Si hay algún defecto en los autores que están cultivando nuevas retóricas, nuevos temas, es que tienen versos que chirrían o pasos demasiado bruscos entre estrofas, o una pobre composición o una mala transición entre temas que no ha logrado mejorar ni Elena ni Agustín. En este aspecto quiero volver a lo que apunté en la presentación del libro de Joseda en Cartagena: los autores que saben darle a la modernidad la fuidez del buen verso están aquí, y supongo que se debe a las lecturas de Eloy Sánchez Rosillo et alli. (cierro paréntesis)
4: la ternura
No sé si será cosa mía, pero he notado una diferencia entre el Javier poeta y el narrador, su prosa suele ser paródica y distante, buscar el artificio. En sus narraciones se encuentra uno más a la intemperie, mientras que en los libros de poesía –y especialmente en éste– hay una claridad no sólo en el lenguaje, como señalaba antes, sino también en el fondo. Hay un “rescate” vital a través de la belleza de lo precario, que puede ir de la blancura del templo sobre el fondo turquesa del Egeo al animal flexible que asoma en las caricias.
De pronto se observa que: “hay conchas en los alféizares de las ventanas”. Es como una creencia en que con el poema sí es posible una cierta “construcción”, en que algo perdura de ese “devanar las sombras”.
martes, 10 de marzo de 2009
Un día de furia
He aquí una noticia que todo el mundo comentaba este fin de semana en Murcia. Y no es para menos. Un profesor de latín detenido por hacer desaparecer de su instituto varias cámaras de vigilancia (con un par, como diría mi otro paisano Pérez-Reverte). Toda una metáfora de los tiempos que corren. Reconozco que a partir de este momento este profesor y escritor goza de mi más absoluta consideración.
Versatil.es
domingo, 8 de marzo de 2009
Cosas de 'Géiser'
Daniel Martínez Pérez, alias Géiser, ya está en myspace:
http://www.myspace.com/daniexperimentband
Ahí podéis disfrutar con algunas de sus canciones y vídeos. Entre ellos, un tráiler más que generoso de la animación inspirada en 'Cortes publicitarios':
http://www.myspace.com/daniexperimentband
Ahí podéis disfrutar con algunas de sus canciones y vídeos. Entre ellos, un tráiler más que generoso de la animación inspirada en 'Cortes publicitarios':
miércoles, 4 de marzo de 2009
Próximas presentaciones
Esta semana:
-Mañana jueves día 5, a las siete de la tarde, en la librería LA CENTRAL del MNCARS, presentación de 'Acabado en diamante'. Me acompañará el poeta, y sin embargo amigo, Óscar Curieses.
-El sábado día 7 a las 12:30, en el café-librería Ítaca (Murcia). Cristina Morano, la presentadora, además de poeta, hace cosas como ésta:
-Mañana jueves día 5, a las siete de la tarde, en la librería LA CENTRAL del MNCARS, presentación de 'Acabado en diamante'. Me acompañará el poeta, y sin embargo amigo, Óscar Curieses.
-El sábado día 7 a las 12:30, en el café-librería Ítaca (Murcia). Cristina Morano, la presentadora, además de poeta, hace cosas como ésta:
domingo, 1 de marzo de 2009
El mejor Lorca
Anoche asistí al estupendo espectáculo que una vez más ofrece la compañía de teatro Espada de Madera. El amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín es una obra de madurez de Lorca, en la que el autor es plenamente consciente de su papel de creador, materialización de ese sueño artístico que consiste en conceder a la imaginación poderes sobre la realidad, en intentar que ésta se eleve sobre su burda materialidad para llegar a cobrar alma (algo así como una mezcla de la dialéctica amante/amado sufí con la teoría de la seducción Kierkegaardiana). Antonio Díaz-Florián, el director de la obra, acierta por tanto al asimilar al personaje de Don Perlimplín con el propio García Lorca (sobre las tablas no vemos todo el tiempo sino al poeta granadino), que busca redimir la materialidad de Belisa a través de su imaginativo juego de seducción. Díaz-Florián consigue incluso contextualizar históricamente la obra a través de ese personaje explícitamente falangista encargado de dar órdenes a los actores, atento tan sólo a la satisfacción de su deseo (¿metáfora del público, del propio director?). Los actores desempeñan con acierto sus respectivos papeles. Las variables escenográficas están resueltas con eficacia. El amor a Lorca se respira por todas partes. Quizás pocas veces un texto como éste encarnó y poseyó con tanta fuerza a todos los eslabones de esa cadena que conforma el teatro y que va desde el director hasta el espectador. Una gozada, vamos.
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