lunes, 28 de julio de 2008

fasten seat belt, etc

He aquí imágenes obtenidas del cuadro de indicaciones para un caso de emergencia, un cruce entre romance de ciego y jeroglífico. Lamento la calidad de la imagen. Tuve que usar el flash y no pude repetir la foto ya que fui advertido por el azafato (una vez que terminó de vender perfumes, cervezas -a 3€-, tarjetas telefónicas y papeletas para una rifa benéfica -en beneficio de los niños ciegos europeos (¿¡!?)-) acerca de lo pernicioso del uso de aparatos electrónicos (yo pensaba que sólo interferían los que emitían y recibían ondas) para el feliz transcurso del vuelo. Espero que sea suficiente, no obstante.







Conclusiones:

-Uno no debe subir a un avión con gafas, dentadura postiza, aretes (¿valen pearcings?) o zapatos de tacón.

Cuestiones:

-¿La postura de brazos cruzados sobre las piernas para descender por el tobogán es sólo para chicas que usan falda?
-Y sobre todo... ¿Cómo interpretar la serie de tres viñetas inicial?

Demasiado complicado, me temo.

martes, 22 de julio de 2008

Object trouvé



De vuelta de vacaciones en Cerdeña. Una isla magnífica, en todos los sentidos. Podría hablarles de sus calas de ensueño, de sus nuraghes (construcciones de piedra que harían las delicias de Brunelleschi), de su magnífico y tupido paisaje mediterráneo o de sus hermosas ciudades... Pero quiero simplemente rendir homenaje en este post a esta sombrilla de playa, un objeto sobrio y de dudoso gusto estético pero extraordinariamente económico (4'5 € en el Auchan de Olbia, capital de la Costa Esmeralda, precisamente aquí:

), que nos cobijó bajo el sol y el viento -a veces- desapacible de la isla. Quisimos llevarla con nosotros a España, pero las leyes implacables de la aviación internacional desconocen las afecciones y ternezas del corazón. Finalmente la dejamos sobre uno de los bancos que rodean el aeropuerto, a libre disposición del visitante. Ojalá tenga suerte.

viernes, 4 de julio de 2008

Destino y carácter

Leía el otro día el interesante libro de Jose Luis Pardo "Esto no es música" acerca del tópico (Benjamin fue quizás el primero en discutirlo y en nuestras letras lo retoma Ferlosio) de los personajes de "destino" frente a los personajes de "carácter". Los primeros son aquellos que son incorporados a un tipo de ficción historicista, sus acciones están sometidas y acordadas a una peripecia que está por encima de ellos (la trama). Cada gesto de un personaje de destino obedece a la ley de la causalidad, es decir, algo ocurre tras otra cosa porque esa cosa anterior actúa como causa de la posterior. Y así, sucesivamente. El personaje de carácter, sin embargo, rechaza la causalidad, sus actos no quedan justificados por un antes o un después a los que deban ajustarse serialmente (sujeción a la trama) sino que se justifican a sí mismos de acuerdo a intereses no "narrativos" sino psicológicos, casi siempre "humanos, demasiado humanos" (el deseo, el placer, la venganza, etc). Pero lo que resulta más interesante en el ensayo de Pardo es que este análisis lo entremezcla con tópicos tan pop como la música o los dibujos animados. En particular habla de los personajes de la Warner (el Coyote y el Correcaminos serían prototípicos) como personajes de carácter. Y entonces se me ocurre pensar en Disney, naturalmente, la ausente explícita, que no implícita del ensayo de Pardo. Y la conclusión está servida. Los personajes de Disney -la mayoría de ellos, al menos- como prototipos de personajes de destino. Y ya tenemos aquí la dualidad. Y con cuáles -si es que creen que hay que elegir- se quedan ustedes.

martes, 1 de julio de 2008

Vértigo





Finalmente el arte acabó imitando a la naturaleza. O el arte, al arte. Sólo era cuestión de dejar pasar el tiempo. Y Hitchcock -como si de un filósofo presocrático se tratase- se dio cuenta de que el tiempo, si tiene alguna forma, es la de espiral. Y entonces hizo Vértigo.