lunes, 31 de agosto de 2009

Le stade de Wimbledon


Hermosa la película de Mathieu Amalric, inspirada en una novela de Daniele del Giudice. Una historia que encantaría a Vila Matas, la de una chica que investiga la figura literaria de Robert Vohler (nombre extrañamente similar al de Robert Walser), conocido por no haber publicado ningún libro (otro Bartleby, sí). Una película que se narra en varios idiomas y que transcurre en varios países, en particular en esa ciudad que parece no pertenecer a ningún país que es Trieste (la Trieste de Joyce y de Italo Svevo). Maravillosa la escena final, donde la protagonista visita el estadio vacío de Wimbledon, momento en el que, contemplando las gradas vacías, quizás llegue a comprender el acto sublime de Robert Vohler, la soledad de un hombre que escribe para un público inexistente.

jueves, 27 de agosto de 2009

La alegría de los naufragios

Comienza aquí un nuevo proyecto narrativo, exclusivamente a través de internet. Creo que los trabajos narrativos necesitan un ritmo distinto al del blog usual, por eso intentaré actualizar este Proyecto Ódradek, si no diariamente, sí de manera regular. Quiero aclarar que esta no es una publicación de un texto ya acabado, sino que gozará de las virtudes y los defectos del work in progress, es decir, que irá tejiéndose y creciendo al hilo de los sucesivos post y los posibles comentarios. No escondo que da un poco de vértigo lanzarse de cabeza al océano de la red, sabiendo que las probabilidades de sobrevivir son escasas. Pero lo que nadie puede quitarnos es, durante el tiempo al menos que dure el aire en los pulmones, el placer de nadar. Y, en último extremo, la alegría del naufragio.

domingo, 23 de agosto de 2009

'Acabado en diamante', en Babelia

Ayer Manuel Rico hablaba en el suplemento cultural de El País de siete autores dentro del panorama renovador de la poesía; entre ellos, un servidor. Les dejo el enlace:

Siete rutas de la nueva poesía

jueves, 20 de agosto de 2009

Mercadona, Mer-ca-do-na...

Murcia en agosto es un desierto. Un desierto donde los espejismos tienen forma de edificios, calles vacías y carteles que dicen CERRADO POR VACACIONES. Lo bueno de conducir por un desierto es que uno puede aparcar donde quiera. Por ejemplo, en la puerta de un Mercadona, ese oasis donde abastecerse y sentirse rodeado, al fin, de un puñado de semejantes. Procuro ir al Mercadona con cualquier excusa. Para comprar una botella de ron blanco, para comprar pilas (procuro equivocarme de tamaño para tener que regresar a devolverlas y llevarme otras)... Me encanta esa voz que a través de la megafonía tararea eso de Mercadona, Mer-ca-do-na. Lo repito en la caja, lo repito de camino al coche. Estos días suena mejor que Cabo San Roque o Christina Rosenvinge. Es la melodía con la que uno esperaría que le abrieran las puertas del paraíso. C'mon everybody:

Mercadona, Mer-ca-do-na...

sábado, 15 de agosto de 2009

Murcia, again

Regreso a Murcia, ese lugar donde uno sabe con seguridad que puede contar con una mínima de 28 grados de temperatura en agosto. Uno necesita aferrarse a algunas certezas en la vida. Y ésa es una de ellas. Pienso en el futuro del libro (en particular, de los míos) mientras monto cajones de Ikea y estores del Leroy Merlin. Uno acaba envidiando a los carpinteros. He conocido a algunos capaces de disertar sobre el simulacro de Baudrillard después de construir una estantería. Cuando cantaba en 'La tragedia' y vaciaba botellas de Dyc lo hacía en un habitación aneja a una carpintería. El olor a serrín tiene a partir de entonces algo de inspirador y de embriagador, a un tiempo. Les dejo con una estupenda traducción de Mari-Ange Sánchez de uno de los poemas de 'Renacimiento'. Ojalá Mari-Ange se anime a traducirlos todos y un día podamos encontrar un Renaissance en una librería francesa. Una estantería construida por un carpintero francés que diserte sobre Quignard y Montaigne, par example.

Noche temática (algunas cosmogonías, sabes, se parecen tanto al Apocalipsis)