lunes, 27 de abril de 2009

SOS4.8

De vuelta del SOS4.8. Todo fue estupendo. Miguel Ángel, Antonio y Alfonso son como tres piezas distintas que se conjuntan para que funcione a la perfección el mecanismo engrasado con la mejor nocilla (aunque yo no la probé). En la mesa de narrativa hacía frío, y acabamos temblando como escolares en un patio de colegio en pleno invierno. Carlos Pardo, entre el público, hizo subir la temperatura. La discusión se centró entre el pragmatismo y el esencialismo y en las generaciones literarias como acumuladores de poder. Por supuesto. Toda la razón. Todos allí habíamos leído a Nietzsche. La literatura es un conjunto de fuerzas (no necesariamente binario) que se contraponen y que lo convierten en un sistema dinámico. Al día siguiente, al mediodía, la mesa sobre poesía. Es maravilloso escuchar a gente hablar de poesía bajo el sol en la terraza del CENDEAC. Pensaba eso mismo mientras daba sorbos periódicos a varias tazas de café. Pienso que debería instituirse, que en lugar de ir a oír misa, la gente debería acudir a las terrazas de Murcia a escuchar oír hablar de poesía. Y a leerla. Mientras subía y bajaba en los ascensores del edificio, me fijaba en la foto de Párraga, el pintor que ha dado nombre al centro cultural instalado en el mismo edificio. Y recordé cuando era niño, cuando aquel hombre pasaba temporadas en casa de su madre, que vivía en nuestro mismo rellano, en la puerta de enfrente. Durante aquellos días lo veía entrar y salir, caminar tambaleante por los pasillos del edificio, rodeado de esa aura de la que se presupone dotado a cualquier artista. Más de una vez montamos juntos en el ascensor. Y ahora veo su fotografía a través del cristal de este enorme ascensor capaz de deglutir a 30 personas. Y pienso que el tiempo parece divertirse a veces produciendo extraños bucles.

lunes, 20 de abril de 2009

Cuando buscábamos batería

Aquí, algunos restos de la tragedia:

La tragedia.

domingo, 19 de abril de 2009

Virtuales digitales

Ayer, en el antiguo edificio de la tabacalera, pude asomarme a algunas de las obras que se exponen dentro de 'Rencontres internationales Paris/Berlin/Madrid/...'. Casi siempre hay algo que destacar en este tipo de exposiciones. Me impresionó, entre todas las obras, un vídeo de Alexander Schellow, sobre todo por lo que tiene de relación con el post anterior. En él aparecen, con aspecto nebuloso (intentando asemejar la manera en la que aparecen las imágenes en nuestra memoria), sucesivas tomas de tres segundos de duración grabadas en el interior de andenes de metro. Se trata de intentar hacernos conscientes de esos pequeños periodos de tiempo durante los cuales no somos normalmente conscientes, de sacarlos de su insignificancia para dotarlos de intensidad. El resultado me pareció emcionante.



Reconozco que cada vez me interesa más el arte digital. Esta otra obra la encontré revisando un catálogo del art futura 2007. Se trata del Khronos Projector, un proyecto llevado a cabo por el uruguayo Álvaro Casinelli. Creo que ejemplifica como ningún otro artefacto la teoría del virtual, en cuanto a la imagen se refiere. Y al mismo tiempo tiene mucho que ver con cómo entiendo la temporalidad dentro de la poesía.


miércoles, 15 de abril de 2009

Infraleves



Ayer asistí en La librería oriental a un recital de Eduardo Moga. Esencialmente leyó los haikús de su libro Los haikús del tren, en una de esas ediciones cuidadas y personalísimas a las que nos tiene acostumbrados la editorial El gaviero. El recital me pareció espléndido. Moga es un excelente poeta, con un discurso elocuente que no apaga sino que camina armoniosamente de la mano de su poesía. Al final del recital se inició una interesante conversación. Se habló, entre otras cosas, de la esencia del haikú, de si debería acuñarse un nuevo término para esa metamorfosis genérica que conocemos en occidente y que parece respetar únicamente la cantidad silábica japonesa, además de ciertas convenciones asociadas al original (combinación de naturaleza y subjetividad, de lo universal y lo concreto, intento de atrapar la fugacidad del instante...). En ese momento recordé los escritos de Duchamp acerca de la noción de 'infraleve', acuñada por el propio artista francés. Para Duchamp son ejemplos de infraleve el sonido que hace el roce de la pana del pantalón al caminar, la diferencia entre dos copias obtenidas por un método de reproducción técnico, el calor que permanece en un asiento recién abandonado, la separación entre la detonación de un fusil y el impacto de la bala...


Duchamp y Basho
Infraleve y haikú
chocan sus manos

viernes, 3 de abril de 2009

'Acabado en diamante' en CALLE20

Me encontré esta grata sorpresa al coger la revista Calle20 en un bar (Elena Medel es quien firma la reseña):