jueves, 10 de abril de 2008

Preferiría no ser encuestado

Les confieso algo. Cada vez que recibo una llamada telefónica o soy abordado en plena calle con la -en apariencia inocua- excusa de someterme a algún tipo de encuesta, respondo invariablemente: "preferiría no ser encuestado". La verdad es que no cuesta nada, tan sólo soportar por unos segundos la mirada -o el silencio- atónitos del interlocutor. Algo que puede llegar a ser divertido. Es un gesto sencillo, pero de una enorme repercusión (a)social y política.

¿Nunca han soñado con convertirse en apóstatas de la fe estadística, de la ley de los grandes números y de la distribución normal?

Cierren los ojos e imaginen a las multinacionales, a los gobiernos y a sus tentáculos ("observatorios", creo que les llaman ahora) ayunos de datos.

Imagínenlo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

imaginar eso oscila entre la utopía y el koan zen

Don Peperomio dijo...

¿Qué opinaría Bartebly al respecto?

Anónimo dijo...

Pues Bartleby estaría muy de acuerdo, claro. Aunque, quizás, preferiría no estarlo.

hombredebarro dijo...

Absolutamente preferiría no ser encuestado, aunque a veces me dejo. Y miento, todo lo que la ocasión me lo permite.