He aquí un objeto que parece sacado del taller poético de Joan Brossa. Hay algo que a mi parecer relaciona el disparo fotográfico y el de un arma de fuego. Y no me refiero sólo al disparador, al 'clic' que delata al fotógrafo/cazador. Se trata de algo más. La búsqueda de la detención de un cuerpo (a través de la imagen, de un balazo). Hasta qué punto la fotografía y la caza no dejan de ser artes que culminan en una 'naturaleza muerta', con lo bello y lo terrible que -a un tiempo- eso implica.
4 comentarios:
véase "Arrebato" de Zulueta
Festivamente, Dondiego. Ahí le has dao.
No había intuido que una de mis preferidas aficiones pudiese ser tan funesta, pero es cierto que a veces esperamos agazapados, como cazadores, a la presa. Y hacemos click.
O "Blow up", de Antonioni
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