sábado, 15 de agosto de 2009

Murcia, again

Regreso a Murcia, ese lugar donde uno sabe con seguridad que puede contar con una mínima de 28 grados de temperatura en agosto. Uno necesita aferrarse a algunas certezas en la vida. Y ésa es una de ellas. Pienso en el futuro del libro (en particular, de los míos) mientras monto cajones de Ikea y estores del Leroy Merlin. Uno acaba envidiando a los carpinteros. He conocido a algunos capaces de disertar sobre el simulacro de Baudrillard después de construir una estantería. Cuando cantaba en 'La tragedia' y vaciaba botellas de Dyc lo hacía en un habitación aneja a una carpintería. El olor a serrín tiene a partir de entonces algo de inspirador y de embriagador, a un tiempo. Les dejo con una estupenda traducción de Mari-Ange Sánchez de uno de los poemas de 'Renacimiento'. Ojalá Mari-Ange se anime a traducirlos todos y un día podamos encontrar un Renaissance en una librería francesa. Una estantería construida por un carpintero francés que diserte sobre Quignard y Montaigne, par example.

Noche temática (algunas cosmogonías, sabes, se parecen tanto al Apocalipsis)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿No fue Karl Popper carpintero?


Oche.