Nos gusta la sociología. Somos partidarios de las novelas que hablan de lo que está pasando ahí afuera, que es mucho y
acucia. Pensamos que la buena literatura es mejor todavía si está salpimentada
con su algo de política y sociología. Son los tiempos que corren y nos
deslizamos sobre ellos. Somos taoístas literarios. Pero a veces nos gusta
también encontrarnos con una novela sin banqueros ni gente parada. Novelas
exquisitas hechas para los gourmets literarios. A veces, incluso, novelas donde aparecen niños
que se fugan del hogar para cohabitar con pastores y cabras. Esas rarezas. La
novela de Rubén Martín Giráldez es una de esas cosas extrañas que le acontecen
a la literatura. La cosa va de un personaje llamado Bogdano que protagoniza un
concurso (El peinado de Calígula) que
consiste en linchar a los héroes de la cultura, algo así como apuntar al centro
de la diana del canon y dar en el blanco. Menos
joven me recuerda a Rabelais, claro, pero también a Gombrowicz. Hay algo de
la "cuculización" del Ferdydurke en esta novela. Son los grandes personajes de la
cultura, Webern&Cía los cuculizados, los sometidos a la humillación de ser caballizados, carnavalizados. Al fin y
al cabo el padre de Bogdano se había encargado de sustituir el contenido de los
clásicos por novelas de serie B, por obras populares, manteniendo, eso sí, las
tapas que remitían al contenido de las gloriosas obras. Y sin que el
jovencísimo Bogdano lo supiera. Una proeza bajtiniana. Matar al padre, diría un
freudiano. Menos joven corre el
peligro que corre el 99% de la literatura que se publica en este momento de
duques corruptos y sobres rebosantes de dinero negro: pasar desapercibida.
Autor poco conocido en editorial poco conocida, una receta que en pocas
ocasiones funciona. Pero hay excepciones, a veces dos juegos de ganancia negativa
proporcionan beneficios cuando se solapan sus reglas (podría aportar
bibliografía matemática al respecto, pero paso). Ojalá suceda así. El libro de
Martín Giráldez es una maravilla. La edición también. Léanlo si son amantes de las delicatessen.
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