martes, 4 de noviembre de 2008

Más sobre el aleph

Ya hablé en alguna entrada anterior acerca de la relación de 'el aleph' de Borges y el acelerador de partículas del CERN. Pues bien, así, mirando otras cosas, que es lo mismo que decir por casualidad, me acabo de enterar de que el nombre de uno de los cinco detectores del acelerador lleva por nombre... 'Aleph'. Chapeau por quien lo bautizara así. El círculo (y no sólo el del acelerador) se cierra. Les dejo una imagen del aleph y algunas otras bellas imágenes obtenidas a partir de partículas elementales en el interior de cámaras de burbujas. Hay que ver lo que se parece la belleza subatómica a algunas obras pictóricas de la vanguardia.




7 comentarios:

Anónimo dijo...

Puro Miró, efectivamente. Está claro que quien tomó y seleccionó estas fotos había visto mucho MIró, ergo Miró está en el origen y no en el final de las mismas

Anónimo dijo...

Efectivamente, Diego, Miró parecería estar en el origen de estas fotos. La mirada nunca es virgen. Pero, a su vez, Miró se inspiró en formas presentes en la naturaleza. Estamos ante un ejemplo de feedback arte-naturaleza.

Anónimo dijo...

¿La Naturaleza existe?

Joseóscar dijo...

Pues la máquina en sí, el Aleph Detector, también está DE PUTA MADRE. Quiero uno para casa, espero que no me abduzca a los gatos.

¿Tendrán alguno en subasta en el E-Bay?

Tucuman 846 dijo...

Espero también poder acelerar partículas desde casa -a ver si el aparato cuando salga a la venta no ocupa más que un microondas- y así tener mi propio Aleph.


Pásadlo bien en Barna con la presentación.

Anónimo dijo...

Uf, menuda pregunta, Diego. Para ser breve y muy pedante yo diría que la naturaleza es el artefacto que hemos olvidado que lo es. A veces también se llama así a lo informe, antes de que venga un artista y lo dote de sentido.

Amigos, espero que patenten diminutos alephs domésticos. Sería el primero en hacerme con uno. El primero del que tengo noticia lo fabricó un cabalista. Era una esfera de madera con dos orificios y llena hasta su mitad de vino. En las noches de luna llena la sacaba al aire libre. Dejaba que un rayo de luna penetrase por uno de los orificios y él se asomaba al otro. Decía que era capaz de ver, reflejada en la superficie, el rostro de la divinidad. Alucinante, ¿no?

¡Que se ma hace tarde para largarme a Barcelona!

Anónimo dijo...

NO tan alucinante si el vino que falta a la esfera era jumilla peleón. Ese vino, por su carácter informe, puede considerarse resumen concentrado de la naturaleza. Aunque de vez en cuando algún artista (léase Casa de la Ermita) anule su informidad natural y lo dote de sentido.
Por cierto, en tu doble respuesta sobre la definición de naturaleza hay toda una clasificación de lo moderno-romántico versus lo posmoderno. Creo que mi pregunta iba más encaminada a una respuesta posmoderna como la primera: "artefacto olvidado de su carácter"; pero me ha sorprendido agradablemente la inclusión de una respuesta tan romántica como la segunda: lo informe. Sitúense, propongo, en uno u otro bando de la naturaleza. Yo me apunto al romanticismo, pero ya.