jueves, 26 de febrero de 2009

Descanse en paz

5 comentarios:

Sólo digo una cosa dijo...

;) Muy bueno!

A mí lo que me inquieta realmente es que este pobre siga recibiendo solicitudes de amistad e invitaciones a eventos de los despistados que no saben que el hombre amigable ha palmado. Hace algún tiempo leí un artículo en el que se hablaba de una empresa que custodiaba passwords por si uno se iba al otro barrio sin avisar: la una, por sacar unos cuartos, y el previsor mortal, por enterrar sin dejar rastro los favoritos, los historiales de visitas, las suscripciones online, los correos oficiales y los oficiosos y el mismísimo Windows Live Messenger –obvio esto último- firmaban un contrato más allá de la parca.

Flipante…

Saludos!

SDUC

Esther Cabrales dijo...

¿y no dejó escrito que le enterraran junto a su móvil y su portátil? fíjate que eso me extraña tanto...

Anónimo dijo...

Sólodigounacosa, eso se parece mucho al perdón de todos los pecados católico-apostólico-romano. Todo queda borrado antes de entrar limpísimo al paraíso virtual. Yo preferiría pagar a la empresa para que siguiera manteniendo mi espíritu vivo, apareciéndome de vez en cuando a los amigos en las sesiones de messenger o proponiendo eventos paranormales en el facebook.

Esther, en una novela mía, 'La Hermogeníada', un personaje ideaba el Teleparaíso, que consistía básicamente en lo que tú cuentas. Lo extraordinario es que unos japoneses, al poco tiempo, ejecutaron el proyecto. Eso me pasa por no patentar las ideas.

Anónimo dijo...

Hola Javier.

Un placer conocerte.

Anónimo dijo...

Ja, ja. Lo mismo digo.