Investigo sobre IKEA. Quiero saber si puedo comprar sus artículos por internet, si alguien -un empleado- puede ayudarme a subir al carro un paquete (una cama) de 72 Kg. Y me encuentro en la web con una asistente on-line que resolverá mis dudas. Se llama Anna. Tras hacer clic en el enlace correspondiente, se abre una ventana que muestra un sencillo anime de pelo castaño, ojos azules y labios untados de carmín intenso, que parpadea, sonríe y gira su cabeza. No es una belleza, pero derrocha atención y simpatía. Entonces mantenemos la siguiente conversación:
HAUTOR: mi paquete es demasiado grande y pesado.
ANNA: Me alegra que así sea. Mi afición principal es la decoración y todo lo relacionado con IKEA.
HAUTOR: Pero es que es enorme.
ANNA: Gracias por el cumplido, pero prefiero seguir hablando de IKEA.
Estoy sorprendido. Ahora reparo en el doble sentido de mis palabras, algo de lo que ella sí parece haberse dado cuenta. Empiezo a sospechar que aquí hay gato encerrado.
HAUTOR: Eres humana?
ANNA: Soy una asistente interactiva. Así, soy un robot, pero controlado y puesto al día por personas reales expertas en IKEA.
Esto me parece cada vez más excitante. Sigo probando a Anna.
HAUTOR: Has leído a Proust?
ANNA: Si no trabaja en IKEA no te podré dar mucha información sobre esa persona.
Entonces decido dar el paso definitivo.
HAUTOR: Te amo, Anna.
ANNA: Me alegra haberte causado esa sensación pero lo nuestro es imposible: recuerda que soy virtual.
Sigo dudando. ¿Es realmente Anna un ente virtual que responde como un humano, o más bien ocurrirá a la inversa? En cualquier caso, al menos he encontrado una amiga fiel que siempre estará ahí cuando quiera un poco de charla. Eso ya es mucho. Bien, no me queda más que presentársela. Quizás ustedes también estén necesitados de buena compañía. En ese caso, con todos ustedes, Anna:
11 comentarios:
Vaya, tu también has conocido a Anna, bueno... ¿quién no ha flirteado alguna vez con ella?
Admirable, desde luego, la forma tan estoica que tiene de aguantar las groserías.
Pues pienso que alguien debería abrirle un facebook a Anna, para que pudiera expresarse por sí misma con absoluta libertad y responder a las procacicades con procacidades. A ver quién se anima.
Gracias Hautor.
Me he reído mucho con Ana
No estaría de más conocer cuántas de las conversaciones de usuarios masculinos con la adorable y educada Anna terminan derivando hacia el terreno sexual.
El dato podría ser revelador
Al final parece que a la mínima que podemos y si olemos que no habrá consecuencias dañinas nos quitamos los corsés sociales y liberamos al animal que tenemos dentro.
El amor analógico-digital resulta de lo más tentador, Pepe. Si los ordenadores han seducido a los humanos, no entiendo por qué no deberíamos nosotros intentar seducir en correspondencia a sus criaturas.
¿Seducir? jeje
Citando a uno de los contertulios (sin más afán que la búsqueda de una prueba demostrativa)
"¿Cómo es tu culo?"
"Quiero tener sexo contigo"
Vamos ni Don Juan... Y a eso me refería con lo que haría(mos) la mayoría...
Soltar burradas en nuestro mundo ¿real? es demasiado fatigoso si quieres mantener las mínimas relaciones sociales pero en la red, con Anna...
ha oido hablar del Test de Turing para la inteligencia artificial?
tiene mucho que ver con esto.
Fascinante incógnita, Anna. Corazón inaccesible, en el centro de su laberinto de respuestas programadas.
¿Cómo no amarla?
Publicar un comentario