jueves, 5 de noviembre de 2009

Comala y el gato de Schrödinger


El otro día meditaba acerca del famoso gato de Schrödinger. Ese gato que tenía las mismas probabilidades de estar vivo que muerto. Pensaba en el gato mientras preparaba la reseña de la espléndida novela de Yuri Herrera: Señales que precederán al fin del mundo. Makina, su protagonista, transita una especie de limbo, el Mictlán, algo así como el infierno de los aztecas. A Pedro Páramo le ocurre otro tanto. Comala es la caja donde vive nuestro gato, un gato al que de vez en cuando se acerca Pedro Páramo para llenarle el cuenco con unas galletitas de Whiskas. La verdad es que el gato está bien acompañado, rodeado de un montón de personajes literarios y mitológicos que se encuentran en una especie de stand by. Schrödinger no sabía que estaba pensando en Comala cuando fantaseaba con su gato, antes de que Comala existiera. Y ahora me veo aquí, pensando en Schrödinger que piensa en un gato dentro de una caja que es Comala. Y entonces recuerdo que yo lo que quería decir es que la novela de Herrera merece realmente la pena. Nada más que eso.

1 comentario:

periferia uber alles dijo...

Tomo nota del título (espero no perder el papel donde lo acabo de apuntar). Otra cosa: ¿Y Comala no es, a veces, un poco todo esto que nos rodea?