Vivimos en una época en la que la visibilidad (física, emocional…) se impone. Dicha visibilidad alcanza hasta el detalle de nuestras relaciones –redes- sociales. Quizás el ojo nunca haya conocido una avidez como la actual. A los sistemas de poder no se les escapa la potencialidad que otorgan los nuevos medios para ejercer su control y posterior represión. Controles de velocidad, cámaras de vigilancia omnipresentes, análisis para detectar la ingesta de drogas… Hasta esos cuartos de baño japoneses en los que tras hacer pis en el váter un espejo muta en pantalla donde se nos muestra el resultado del análisis de orina. Y mientras tanto un centenar de ‘poderosos’ se reúnen en Sitges (esa ciudad asociada al –cine de- terror) en absoluto anonimato, out of record, para decidir los destinos del mundo. La invisibilidad se ha convertido en un privilegio del que muy pocos pueden gozar. Metáfora de lo divino, el poderoso aspira a verlo todo sin ser él mismo contemplado. Puede decirse que acumula mayor poder aquél que más y mejor puede ver sin ser él visto. De ahí la delicuescencia e inmaterialidad del poder en estos tiempos en los que más que nunca cobramos conciencia de que los supuestos poderosos (los políticos que detentan el poder ejecutivo) no son más que títeres en manos de fuerzas oscuras e inmateriales (inmateriales por invisibles) denominados, por ejemplo, ‘los especuladores’ o ‘los mercados’. Pynchon es un escritor todopoderoso porque nadie lo ha visto nunca. El mundo no se divide entre proletarios y capitalistas, sino entre perfiles visibles e invisibles. ‘Preferiría no ser visto’ podría convertirse entonces en lo más parecido a un lema aristocrático.
5 comentarios:
Ser reconocido, como ciudadano, y no ser visto, tarea complicadadonde las haya.
Lo que ocurre, Oche, es que los invisibles ni siquiera pasan por ciudadanos. ¿Sabes/sabemos acaso dónde vive alguno de los integrantes de la lista Forbes? ¿Sabes dónde comen? ¿Dónde viajan?
Uy, disfrutarías con la serie que se estrenó ayer en la NBC: "Persons unknown". Aquí tienes el trailer: http://www.youtube.com/watch?v=yrIi_D-VoLs
Pues sí, Vicente. Creo que disfrutaría todavía más siendo uno de los protagonistas ;) La verdad es que la serie parece hasta interesante.
Lo que faltaba, Javier, un análisis de orina cada vez que vas al servicio, otro de caspa cada vez que te peinas y otro más, en este caso de sangre, para complementar a los anteriores cada vez que llegas al trabajo. ¡ Qué bonito el mundo del análisis¡ Un book completo de nuestra estructura interna.
Yo quiero ser aristocrática.
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