lunes, 15 de septiembre de 2008

Esa extraña enfermedad

Imaginen que a la típica pregunta de qué quiere el nene ser de mayor, su hijo respondiese con toda la convicción que puede acaparar un niño de cinco años que escritor. Eso no es peligroso. Lo peligroso es que el adolescente de doce o el adulto de veinte sigan respondiendo lo mismo. Eso sí que es para preocuparse. Hay enfermedades que tardan toda una vida en manifestarse, algunas de ellas mortales (la vida podría considerarse una de ellas). La literatura, sin lugar a dudas, es una de ellas. Y lo peor es que algunas veces resulta mortal. No voy a hacer una lista de los difuntos desaparecidos a causa de la literatura, porque sería inagotable. Foster Wallace es el penúltimo (supongo que a estas alturas alguno más ha debido añadirse al prontuario). No pasa nada. Morir de literatura no es peor que morir de cáncer ni de accidente de tráfico. Me parece, incluso, más digno; aunque los periódicos mientan y digan que la muerte acaeció por la asfixia que provoca el que uno se cuelgue de una viga. Nada de eso. Foster Wallace, ya lo he dicho, ha muerto de literatura. Había síntomas que pueden rastrearse en sus obras; y, a posteriori, los forenses (quiero decir, los doctorandos) se encargarán de encontrarlas. Lo bueno que tiene la muerte literaria es que el difunto deja atrás algunas obras que pueden disfrutar el resto de mortales; y en eso, insisto, aventaja a la mayoría de las muertes convencionales. Lo sorprendente es el milagro de que la carne, esa cosa material, prorrumpa en palabras y que éstas, apiladas las unas junto a las otras, creen la ilusión de eso que llamamos espíritu. Cuando ese milagro deja de producirse, o cuando el escritor deja de creer en él, el literato está cerca del final, deviene de nuevo mera carnalidad. Algo equivalente a la metástasis. Brindo entonces, brindemos por Foster Wallace. Los que aún estamos vivos te llevamos en el pulso y en las palabras.

6 comentarios:

Pedro Pergamo dijo...

Pues mira tú, ahora que hablas de eso me haces escribir en este tu blog después de tanto tiempo de lector callado, porque has dado en el clavo sin querer en el día exacto en que yo me suicido literariamente, y eso que apenas era un bebé a punto de nacer como escritor al uso, de los que escriben y tratan de que les lean -aunque ni cristo ni el anticristo- fuera a leerme. En fin, que estoy a punto de suicidarme literariamente hablando, siempre he creído llevar esa vena dentro, cada 7 u 8 años desde los trece explotaba creativamente durante un par de meses casi siempre cambiando el genero, primero relatos, luego reflexiones más o menos filosóficas, después amagos de novela y ahora de pronto, sin esperármelo... ¡poesía!, ¡yo poesía, venga ya!, unas 30 de golpe, 30 partos, 30 llantos de alegría... ;-)
Había empezado a planteármelo seriamente como una opción, no para vivir de ello claro está sino para hacerlo de forma constante o "intermitentemente constante", que al menos fueran sólo a lo sumo unos pocos meses o días de sequía creativa e incluso tratar de publicar algo pero...

¡Ay pero…!

¡Pero que no! que muera definitivamente la parte "B" de mi vida, para que siga viviendo la parte "A", la parte de ser feliz, de sentirme bien, de no llevarse "hostiones emocionales" innecesarios, bastante me ha costado controlar al jefe de la tribu de tipos y tipejos que habitan en mi para que ahora vuelva a salir a mandar ese "ego dominante", a tiranizarme y hacerme infeliz, ¡al carajo, me suicido!.

(y por lo que veo esto debe ser mi "carta al juez" o algo así)

Y resucito al de siempre, ese que por ejemplo te seguirá leyendo, tu neurona, tus publicortes, tus clicks, etc., que para eso si que valgo, para leer a los maestros, para espectador admirado y selectivo, siempre he sido el Salieri de Milos Forman y eso quiero seguir siendo.
Saludos.
Pedro Pergamo

Anónimo dijo...

Leches, PP. No sé si haces bien en dejártelo. Esta despedida no está nada mal, literiamente hablando. Lo que sí siento es que dejes de escribir, ahora que por fin te has animado a colgar un comentario en este blog. Espero que puedas seguir hablando tras el suicidio, como hacen algunos espíritus (considera este blog tu ouija particular). Por cierto, no quiero ahondar en tu herida (o salvación) pero uno de los personajillos de 'Click' se llama Salieri. Y no resulta muy simpático.

Un abrazo.

Pedro Pergamo dijo...

Bueno bueno, el asunto del suicidio va en serio aunque uno -yo mismo sobre todo- lo desdramatice pero tras leer lo que dices quizá dejo durante un par meses o tres en el limbo (hasta el solsticio de invierno, como llama mi “cuñao” a las happy que te rompen la cristma) a “esa parte de mi/ese yo escondido/que juega conmigo/que muere de pena/si no reconozco su forma de ser/ese ser/ese yo/que no espera a nadie/que aguanta dormido/ser reconocido/por este que soy” (parte de una de las 30), muerto pero en espíritu, espíritu que se manifiesta sólo por estos lares. Y quizá la espera merezca la pena para confirmar que era afición o vocación y que puede y debe morir y descartar que pudiera ser amor a la escritura, en cuyo caso la cosa se complica, que como decía Radio Futura “el amor es una enfermedad, que una vez contraída no se cura, y por más que uno quiera perdura (…)”.
Y cuidado con animarme que como ya vas viendo yo soy de esos sin termino medio, o nunca escribo en un blog o de pronto lo hago sin parar (prometo contenerme, tranquilo). Y lo de Salieri me ha tocado, estoy deseando leer completo el ‘click’ (el segundo click que adoraré probablemente, tras el de Manara, genio del erotismo gráfico en el que hace veintipico años me dejaba la paga semanal tras traicionar al asexuado Tintín) para ver si cambio de metáfora sobre mi parte “A”, que aunque no lo parezca me quiero a mi mismo, y tengo un equilibrio emocional y todas esas cosas que se dicen ahora además de tomar yogures bio de esos.
Y por último, la canción de Radio Futura sigue con “(…) y se contagia con facilidad”, a ver si a base de leerte me has contagiado la enfermedad tu… ;-)
Un abrazo también.
Pedro Pergamo (en espíritu)

P.D.: Perdón por los paréntesis, será pensamiento lateral, dislexia o simplemente dispersión…

Tucuman 846 dijo...

¡Salud! -y apuro el resto del Melquior del 98 que abrí ayer en su honor.

Anónimo dijo...

Bueno, Tucuman, yo brindo con una cervecita, a falta de mejor caldo. ¡Salud!, entonces. Don PPS (Pedro Pérgamo Salieri), no sé si mi Click te ineteresará tanto como el de Manara. Es cierto que hay mujeres y alguna de ellas, como Mymmi, que dan mucho juego, pero... Sólo espero no desilusionarle.

Pedro Pergamo dijo...

Bueno, se diferenciar, un click "alimenta" el cerebro de arriba y la otra el de abajo, como diría alguna marujona feminista...
Seguro que si, seguro que me gustará.Cuando, por ejemplo, voy a ver una pelí en la que actúa De Niro nunca me decepciona, por muchas expectativas previas que tenga, hagame usted el favor de creer más en si mismo, y si no al menos en su público fiel.